Tuesday, June 10, 2014

FILOSOFÍA ¿HOY?

La comunidad filosófica a lo largo y ancho del mundo, ha emprendido una tarea desde hace décadas: defender su vigencia y contribución en los sistemas educativos. A la par, se ha empeñado en sostener que es urgente y necesaria para la consolidación de una sociedad crítica y creativa.
¿A qué se debe, entonces, que todavía hoy prevalezca el desencanto en torno a la filosofía: su estudio, enseñanza e implicación en la vida cotidiana?
Algo que me ha alarmado notablemente es la extraña conjugación del verbo que ejecutan los filósofos: “filosofear”, en vez de “filosofar”. Lo he escuchado en incontables ocasiones dentro del aula donde doy clases y hasta en el transporte público. Incluso hay búsquedas en Google que pretenden aclarar la duda en torno a la forma correcta de determinar el verbo y la acción. ¿De dónde surge la incapacidad de nombrar correctamente la tare que engloba la actividad de los filósofos?
También me ha pasado que se refieran a mi profesión como una suerte de entretenimiento de audiencias. Como si fuera un bufón o trovador contemporáneo, la gente, luego de presentarme, añade “ahora verás sobre qué te filosofa” o”¿nos vas a filosofar?” Quizá se deba a que soy sumamente antipática que este tipo de reacciones me resulten desagradables. También es probable que esté a la defensiva y por eso lo tome, regularmente, como una burla a la disciplina en la que decidí formarme de manera profesional.
Puedo sostener que todas las situaciones anteriores se deben al desconocimiento de lo que la filosofía abarca tanto en su ámbito de estudio como en sus salidas laborales, así como el impacto que tiene en la sociedad. Es cierto que, en buena medida, todos aquellos que tuvieron la oportunidad de asistir al bachillerato cursaron alguna asignatura filosófica y, me parece, que es justo ahí donde se permite o limita la de lo que comprende la filosofía en tanto que disciplina y profesión.
Suele ocurrir que, cuando menciono que estudié filosofía, mis interlocutores tiendan a hacer una mueca y compartir sus terribles experiencias en dicha asignatura. Hay quienes hablan de profesores que hablaban en una jerga incomprensible, de lecturas que no llevaban a ninguna parte y de una seria prepotencia personificada en aquellos iniciados en la actividad filosófica. Son realmente escasas las menciones de una clase extraordinaria o la manifestación de afinidades con ciertos pensadores.
Ante este panorama, Registro otorga de manera generosa y consciente un espacio a la revisión de la situación actual de la filosofía contemporánea. Tendremos oportunidad de saber qué acontece en México y, siempre que sea posible, en el mundo.
En los encuentros celebrados para discutir la vigencia de la filosofía, los participantes han llegado a la misma conclusión: todo aquello que está por hacerse depende del interés y la voluntad de los propios filósofos. No podemos esperar que la divulgación de la filosofía surja de los medios de comunicación o las universidades: es tarea de los profesionales y entusiastas de la filosofía. Por lo tanto, también aquí invitamos a los interesados a enviar artículos y reseñas sobre temas de actualidad filosófica.
No pretendemos esclarecer aquí la definición de la filosofía ni los conceptos que abarca, sino difundir el quehacer filosófico de nuestra época con el fin de acercar a cualquier interesado a los horizontes en los que esta disciplina se despliega.

Publicado originalmente en Registro (10 de junio de 2014)