Thursday, October 23, 2014

MENTIRA LA VERDAD Y EL CANAL DE LAS IDEAS

El año pasado, en la Ciudad de las Ideas, iniciativa animada por Andrés Roemer, Alain de Botton, lanzó una provocación irresistible: ¿por qué no hacer un canal filosófico? Sostuvo la importancia de que la filosofía se acerque cada vez más al plano de lo cotidiano. Un canal que divulgue el pensamiento podría ser un sueño guajiro pero abriría numerosas posibilidades para abordar las preguntas que nos hacemos todo el tiempo. Si bien se trata de una propuesta que camina lento, Alain de Botton ya dio el primer paso con el portal de noticias The Philosophers’ Mail.
¿Sería importante que la filosofía fuera tema de los programas televisivos? Pienso que sí. Se han desarrollado propuestas estimulantes sobre las ciencias, la historia y el arte. Numerosos descubrimientos y experiencias han sido divulgados a través de dicho medio. Sería ridículo pensar que El mundo de Beakman, Cosmos: un viaje personal, Zabomafoo, Biografías, entre otros programas, no han contribuido a nuestro aprendizaje o, al menos, a sembrar inquietudes.
Uno de los primeros guiños de la filosofía en la televisión es El abecedario de Gilles Deleuze, programa filmado de 1988 a 1989 en el que Claire Parnet conversaba con el filósofo que había sido maestro suyo. En la conversación, abordan 25 conceptos, en orden alfabético, con un tratamiento que se esfuerza por ser pedagógico. La transmisión se realizó hasta 1996 debido a que Deleuze expresó que haría la filmación siempre y cuando llegara a las pantallas hasta después de su muerte.
Otros filósofos han tenido algunas apariciones en la televisión. En 1971 se transmitió un debate sostenido entre Noam Chomsky y Michel Foucault en el marco del International Philosophers Project, una iniciativa holandesa moderada por Fons Elders. En dicho proyecto también aparecieron Karl Popper, Arne Naess, Alfred Ayer, entre otros. Los cuatro debates reflejan las cuestiones filosóficas de finales de los años sesenta aunque las discusiones parecen no tener fecha de caducidad. Cuesta bastante encontrarlas pero hay algunos fragmentos disponibles en la red.
Si bien no ha sido posible realizar programas de televisión, algunos filósofos han sido lo suficientemente interesantes como para que algunos directores decidan desarrollar documentales sobre ellos. Jacques Derrida, Slavoj Žižek, Michel Onfray, son algunos de los filósofos que cuentan con largometrajes dedicados a su pensamiento. En otro sentido, el trabajo de Margarethe von Trotta y sus filmes dedicados a filósofas como Hannah Arendt, Rosa Luxemburgo y Hildegard von Bingen son otro acierto más en la divulgación de la filosofía a través del celuloide.
¿Qué ocurre en Iberoamérica?
En España en la 2, el canal cultural de RTVE, se han emitido casi 30 programas en los que se presentan perfiles de filósofos y pensadores españoles. El programa lleva por nombre: Pienso, luego existo y su formato suele presentar al protagonista hablando sobre sus contribuciones filosóficas y, ocasionalmente, algunos invitados aportan comentarios sobre la relevancia de la figura filosófica en cuestión. José Antonio Marina, Beatriz Preciado, Eugenio Trías y Emilio Lledó son algunos de los filósofos españoles que participaron en lo que suman dos temporadas de este programa.
Hace largo tiempo que el canal Encuentro se hizo a la mar con un cargamento valioso: la divulgación filosófica. Comenzó con la conducción de Fernando Savater en el programa la Aventura del pensamiento. En dicha emisión, Savater hace retratos de varios filósofos en los que destaca sus contribuciones principales. El programa se transformó en un libro que lleva el mismo nombre.
Por otra parte, José Pablo Feinmann lleva siete temporadas conduciendo Filosofía aquí y ahora: un programa que ha transitado distintas facetas pues ha abordado preguntas filosóficas y pensadores es específico así como la implicación de la filosofía en acontecimientos argentinos y mundiales. Una de las preguntas más importantes ha sido ¿existe la filosofía latinoamericana? El programa podría acompañarse con lo que  Feinmann expone en el libro La filosofía y el barro de la historia, publicado por Planeta en 2008.
El programa que más me ha cautivado y provocado numerosas inquietudes es, sin duda alguna, Mentira la verdad, a cargo de Dario Sztajnzsrajber y producido por Mulata Films y el canal Encuentro. El programa se estrenó en 2011 con un formato que lo volvió radicalmente distinto a los programas que le precedieron.
Mentira la verdad
No sé si el nombre viene de una canción de Manu Chao  que dice: “Mentira lo que dice / mentira lo que da / mentira lo que hace / mentira la mentira / mentira la verdad”  o de “¿Qué ves? ¿qué ves cuando me ves? Cuando la mentira es la verdad”, temazo de Divididos. Lo que sí sé es que desde el primer programa, el abordaje y tratamiento de conceptos filosóficos me causaron una gran impresión. Aunque tenía tiempo viendo los otros programas del canal Encuentro, descubrir Mentira la verdad fue realmente refrescante. Nunca había imaginado la posibilidad de  realizar un trabajo con semejante efecto.
Darío Sztajnszrajber es un filósofo argentino que se ha desempeñado como profesor en FLACSO, la Universidad de Buenos Aires y Facultad Libre, entre otras. También es destacable su labor en el ámbito de la gestión cultural. Podríamos decir que la divulgación de la filosofía es medular en su labor cotidiana: conduce El innombrable por radio madre, escribe algunas columnas sobre filosofía y se presenta con DESENCAJADOS, el proyecto escénico que combina música y filosofía. Incluso le ha sido posible dedicarle tiempo a la escritura de un libro que se publicó con el título ¿Para qué sirve la filosofía? (pequeño tratado sobre la demolición), publicado por Planeta y disponible en e-book en este hemisferio.
En cada programa de Mentira la verdad aborda un concepto distinto. A veces el tratamiento es tan largo que han tenido que dividirlo en dos partes. Habitualmente expone sus propios abordajes del tema y los combina con las contribuciones de tres o cuatro filósofos relacionados. Tiene la gentileza de señalar en qué momento hace referencia a las reflexiones ajenas pero también posee la habilidad de tejer una implicación sólida entre los autores.
Conversando con él en uno de los descansos del TEDxCuauhtémoc, celebrado el sábado 6 de septiembre, le pregunté cuánto tiempo le había tomado armar la tercera temporada. Comentó que tardó unos seis meses y el equipo estaba formado por cuatro guionistas, el productor y él mismo. “Era como dar una clase”, afirma, y cuenta que entre todos gestaron la nueva temporada que se estrenó el pasado 10 de septiembre. Afortunadamente, el primer capítulo, dedicado a la angustia, ya está disponible para verlo en Internet. En este nuevo abordaje, Darío nos presenta a un personaje, que es muy parecido a él, que firma un contrato para hacer de la filosofía un objeto de consumo. Kierkegaard, Heidegger, Nietzsche y Unamuno salen al rescate para aliviar un poco al personaje.
Durante nuestra conversación, Darío recordó una inquietud inevitable: ¿se estaría traicionando haciendo filosofía en la televisión? Es sabido que la filosofía ha sido sometida una burbuja de la que participan los iniciados. Que cualquier intento por difundir la filosofía se reconoce como un acto de traición o de vulgarizarla. Pienso que debemos traicionar la adhesión ciega a una tradición que presenta a la filosofía como un balbuceo erudito que solamente parafrasea a los filósofos precedentes. No olvidemos que, como dice Fernando Cazas en Enseñar filosofía en el siglo XX, “la filosofía nació para ser de todos. Si alguien impide que esto suceda, la condena a morir irremediablemente”.
Por fortuna, la labor de Darío ha sido bien recibida por quienes fueron sus profesores y los que aspiramos a ser alumnos suyos. Señala que, curiosamente, algunas personas de su generación no están del todo de acuerdo con lo que hace. Yo me pregunto qué más da: en sus primeras temporadas fue premiado en el ámbito de la televisión educativa por parte del canal japonés NHK y ha sido nominado en dos ocasiones al Premio Emmy Kids. Más allá de estos reconocimientos, la recepción del público ha hecho del programa una referencia obligada respecto a la divulgación de la filosofía e incluso ha posibilitado el desarrollo de proyectos paralelos emprendidos por el mismo Sztajnszrajber.
La realización de Mentira la verdad es un esfuerzo tremendo por empatar la filosofía con una línea argumental, en sentido dramatúrgico, para volverla accesible a interesados pero sobre todo a quienes no han sucumbido a su llamado. Es satisfactorio decir que este esfuerzo ha rendido tantos frutos y provocado numerosas reflexiones. Tengo entendido que en algunas partes de América ya se mira con mayor atención esta producción y se abren posibilidades de emprender proyectos similares.
Las primeras temporadas ya están disponibles en el sitio conectate.gob.ar y comienzan a subir uno a uno los capítulos de la tercera temporada. Si eres profesor de filosofía, deberías darle una oportunidad a estos programas en tu intervención docente. El público en general debe mirar estos programas y tomarlos como pretexto para introducirse en las grandes inquietudes que han surgido en la filosofía.
Publicado originalmente en Registro (23 de octubre de 2014)

No comments:

Post a Comment